Hablar de estrés en estos días es tan natural y frecuente, como decir que voy a trabajar o a estudiar. Generalmente asociamos este término con situaciones como éstas, o con situaciones donde la pareja o el jefe estan involucrados.
Hoy, en la Universidad en la materia de Modelos y Teorías de Psicología de la Salud, Nicolina nuestra facilitadora, inició la clase número 5, la cual es uno de los temas que considero más apasionantes y que de una u otra forma me llevó a realizar estos estudios de postgrado, el estrés. Planteó las distintas teorías que han intentado definir este fenómeno que se ha expandido abructamente y de manera despiadada en nuestras sociedades.Presentó las definiciones de Cannon (1932), Selye (1936-1956-1979), Wolff (1940-1950), y otras un tanto más recientes como las de Ress (1976) y Bows (1991). Definitivamente, me inclino a la presentada por Selye, por considerarla (a mi manera de ver) la más clara y exacta. Hans Selye fue un médico endocrinólogo canadiense, quien es considerado como el padre de la teoría del estrés, o llamado por él como Síndrome de Adaptación General, la cual define como toda respuesta inespecífica del organismo ante cualquier demanda.
Cada individuo responde de manera distinta a iguales situaciones o a situaciones parecidas, esto por la condición individual que poseemos y la autenticidad de elaboración natural. Muchos pueden manifestar desde una simple taquicardia pasajera o transitoria, hasta una crísis hipertensiva, asma, sudoración, resequedad en la boca, ansiedad, depresión, alergias, etc.